Ansiedad
Cómo abordar la conducta disruptiva infantil

Caso práctico: cómo abordar la conducta disruptiva infantil
La conducta disruptiva infantil es una preocupación común para padres, educadores y profesionales de la salud mental. Aunque en algunos casos la conducta puede ser considerada normal dentro del desarrollo infantil, hay ocasiones en las que los comportamientos pueden volverse más problemáticos y requerir intervenciones especializadas.
En este caso práctico, exploraremos las mejores prácticas para abordar la conducta disruptiva en niños. Utilizaremos el enfoque basado en la evidencia de la terapia conductual cognitiva (CBT) y daremos ejemplos prácticos de cómo aplicar estas técnicas con niños en el hogar y en el aula.
¿Qué es la conducta disruptiva?
La conducta disruptiva se refiere a comportamientos que interfieren con la capacidad de un niño para funcionar adecuadamente en el hogar o en el aula. Estos comportamientos pueden incluir desafiar la autoridad, interrumpir las actividades de otros, mostrar agresión física o verbal, y tener dificultades para seguir las reglas y normas establecidas.
Es importante señalar que en algunos casos, estos comportamientos son parte del desarrollo normal del niño y no necesitan tratamiento especializado. Sin embargo, cuando la conducta disruptiva se vuelve persistente y causa angustia significativa para el niño o su entorno, puede ser necesario intervenir.
Enfoque basado en la evidencia: Terapia Conductual Cognitiva
La terapia conductual cognitiva (CBT) es un enfoque basado en la evidencia para tratar la conducta disruptiva en niños. Esta terapia se enfoca en enseñar habilidades sociales y emocionales a través de técnicas como el modelado, la retroalimentación positiva y negativa, y el entrenamiento en resolución de problemas.
1. Enseñar habilidades sociales
Una de las principales técnicas utilizadas en la CBT para niños es enseñar habilidades sociales. Estas habilidades incluyen aprender a escuchar, cooperar con los demás, reconocer y expresar emociones, y resolver conflictos de manera efectiva.
Un ejemplo práctico sería enseñar a un niño a pedir permiso antes de tomar algo que no le pertenece. Se puede proporcionar un modelo visual y practicarlo a través de juegos de rol.
2. Retroalimentación
Otra técnica utilizada en la CBT es la retroalimentación, que implica proporcionar al niño una respuesta inmediata y específica sobre su comportamiento. La retroalimentación positiva refuerza los comportamientos deseables, mientras que la retroalimentación negativa se utiliza para corregir el comportamiento no deseado.
Por ejemplo, si un niño interrumpe constantemente a otros durante las conversaciones, se puede dar retroalimentación negativa diciéndole que espere su turno para hablar y que es importante escuchar a los demás. Por otro lado, si el niño muestra paciencia al esperar su turno, debería ser reforzado con retroalimentación positiva.
3. Entrenamiento en resolución de problemas
El entrenamiento en resolución de problemas es otra técnica utilizada en la CBT para niños. Esta técnica enseña a los niños a identificar los problemas, generar posibles soluciones, evaluar cada solución y seleccionar la mejor opción.
Por ejemplo, si un niño tiene dificultades para compartir juguetes con otros niños, puede ser útil el entrenamiento en resolución de problemas. Primero, el niño debe identificar que compartir es importante. Luego, se pueden generar posibles soluciones como tomar turnos o jugar juntos. Después, el niño debe evaluar cada solución y seleccionar la mejor opción para la situación.
Conclusión
La conducta disruptiva infantil puede ser un desafío para los padres y educadores. Sin embargo, existen técnicas basadas en la evidencia, como la CBT, que pueden ayudar a los niños a aprender habilidades sociales y emocionales necesarias para un comportamiento adecuado.
Es importante recordar que cada niño es único, por lo que es importante adaptar las intervenciones según sus necesidades individuales. Al proporcionar retroalimentación específica, enseñar habilidades sociales y de resolución de problemas y modelar comportamientos positivos, se puede fomentar la conducta adecuada en los niños y ayudarles a alcanzar su máximo potencial.
¿Cuáles son algunos ejemplos de conductas disruptivas?
Las conductas disruptivas son aquellas acciones que interfieren con el tratamiento y la recuperación de los trastornos alimentarios. Algunos ejemplos de estas conductas son:
– Rigidez en la dieta: Cuando una persona se aferra a un plan extremadamente restrictivo sin permitirse flexibilidad, incluso en situaciones sociales o eventos especiales.
– Compensación: Cuando una persona intenta «compensar» por haber comido demasiado restringiéndose aún más, haciendo ejercicio en exceso o purgándose.
– Mentir: Cuando una persona miente sobre su ingesta de alimentos o su cumplimiento del plan de tratamiento.
– Aislamiento social: Cuando una persona evita interactuar con amigos, familiares y eventos sociales para evitar comer alimentos fuera de su plan.
– Manipulación: Cuando una persona manipula a los miembros del equipo de tratamiento para obtener lo que quiere.
Es importante abordar estas conductas disruptivas en el proceso de tratamiento para asegurar la efectividad del mismo y lograr la recuperación completa del trastorno alimentario.
¿Cuál es la manera adecuada de abordar la conducta disruptiva en niños?
La conducta disruptiva en niños puede presentarse como un síntoma de trastornos alimentarios, en especial en aquellos que se manifiestan en la infancia, como es el caso de la anorexia infantil.
Para abordar esta situación es necesario contar con un equipo de profesionales especializados en trastornos alimentarios y en el manejo de la conducta disruptiva. Esto incluye a médicos pediatras, psicólogos, nutricionistas y terapeutas ocupacionales, entre otros.
Es fundamental realizar una evaluación completa de las causas de este comportamiento, que puede estar relacionado con problemas emocionales, sociales o familiares, así como con factores biológicos. Además, debe considerarse el impacto que tiene la alimentación sobre la conducta del niño en general.
Una vez identificadas las causas, se procederá a diseñar un plan de tratamiento adecuado, que incluya pautas dietéticas, terapia psicológica y/o terapia ocupacional, según sea necesario. Es importante también involucrar a la familia en este proceso, brindándoles información y herramientas para apoyar al niño en su recuperación.
En definitiva, abordar la conducta disruptiva en niños con trastornos alimentarios implica un enfoque multidisciplinario, que tenga en cuenta tanto los aspectos físicos como emocionales del trastorno, y que contemple la participación activa de la familia.
¿Cuáles son los comportamientos disruptivos en niños?
Los comportamientos disruptivos en niños en el contexto de los trastornos alimentarios pueden ser varios y pueden variar de acuerdo a la edad del niño. Algunos de estos comportamientos incluyen:
1. Restricción alimentaria: El niño puede reducir la cantidad de alimentos que consume, limitarse a comer solo ciertos tipos de alimentos o incluso negarse a comer por completo.
2. Comportamientos compulsivos: El niño puede desarrollar comportamientos obsesivos como contar calorías, pesar la comida o cocinar grandes comidas que no se consumen.
3. Comportamiento inusual alrededor de la comida: El niño puede tener un miedo extremo a ciertos alimentos o grupos de alimentos, o puede tener comportamientos secretos con la comida, como esconderla o guardarla para más tarde.
4. Comportamiento obsesivo en relación al cuerpo: El niño puede estar implacablemente preocupado por su peso y apariencia física.
5. Cambios en el estado de ánimo: El niño puede experimentar cambios de humor extremos, especialmente cuando se le presenta comida o se le pide que coma.
Es importante recordar que estos comportamientos pueden ser signos de un trastorno alimentario y deben abordarse con un profesional de la salud mental lo más pronto posible.
¿Cuál es la mejor manera de manejar los comportamientos disruptivos?
La mejor manera de manejar los comportamientos disruptivos en el contexto de Trastornos alimentarios es:
1. Escuchar y validar los sentimientos de la persona afectada: es importante asegurarse de que la persona sienta que sus emociones son comprendidas y respetadas. Esto puede ayudarla a sentirse más abierta a la posibilidad de cambiar sus comportamientos.
2. Proporcionar información y educación en base a la evidencia: es fundamental que la persona afectada comprenda los efectos negativos que su comportamiento puede tener en su salud física y mental. Proporcionar información basada en la evidencia puede ayudar a fomentar una mayor comprensión de la situación.
3. Crear un ambiente de apoyo: se debe proporcionar un ambiente seguro y de apoyo para ayudar a la persona a superar los trastornos alimentarios. Es importante que no se le juzgue, sino que se le ofrezca apoyo y guía.
4. Trabajar en equipo con profesionales de la salud: es crucial trabajar junto con profesionales de la salud especializados en trastornos alimentarios, para desarrollar un plan de tratamiento que aborde los trastornos alimentarios de la persona de manera integral.
5. Practicar la paciencia y la persistencia: superar los trastornos alimentarios puede ser un proceso largo y difícil. Por tanto, es importante ser paciente y persistente en el trabajo con la persona afectada, para que pueda avanzar hacia la recuperación.
Ansiedad
Ecoansiedad, cuando el planeta duele por dentro y por fuera

La ecoansiedad —o ansiedad climática— es el miedo crónico al desastre ambiental. No figura (todavía) en el DSM-5, pero los estudios confirman su impacto real en la salud mental. En un mundo donde 2024 fue el primer año en superar 1,5 °C de calentamiento global, identificar sus síntomas y aprender a gestionarla se ha vuelto tan esencial como reciclar o reducir emisiones.
¿Qué es la ecoansiedad y por qué ahora?
En 2017, la American Psychological Association (APA) la definió como «miedo crónico al cataclismo ambiental». Aunque algunos medios la tratan como moda pasajera, las cifras cuentan otra historia: 2 de cada 3 adultos reconocen sentir preocupación «moderada o alta» por el cambio climático.1
Para España, la preocupación es doble. El país se calienta un 30 % más rápido que la media mundial y más del 70 % de la población vive en zonas que superan ese incremento de 1 °C sobre la línea base preindustrial, con picos estivales que rozan los 45 °C.2 No es de extrañar que adolescentes como Lucía (24 años) describan taquicardias cada vez que suena una alerta de “ola de calor”.
“No es drama generacional; es ansiedad real. Mis noches acababan en vela tras los incendios del Alto Tajo.”
— Lucía, estudiante de Biología
Causas multicapas de la ecoansiedad
Capa | Ejemplo tangible |
---|---|
Ambiental objetiva | WMO confirma 2024 como el año más cálido de los últimos 175 años, con +1,55 °C sobre 1850-1900. |
Mediática | Notificaciones 24/7 de incendios, sequías y “récord histórico” cada pocas semanas. |
Sociopolítica | Sensación de indefensión ante la lentitud de gobiernos y corporaciones para frenar las emisiones. |
Personal / identitaria | Valores pro-sostenibilidad muy fuertes → disonancia al no ver cambios reales. |
Síntomas más frecuentes
- Ansiedad anticipatoria: rumiaciones sobre «¿qué pasará con…?»
- Insomnio y sueños con desastres naturales
- Solastalgia: nostalgia del lugar propio que ya está cambiando (sequías, incendios)
- Culpa o vergüenza al consumir (plásticos, vuelos)
- Evitación de planes de futuro (paternidad, proyectos a largo plazo)
7 estrategias basadas en evidencia (y fáciles de aplicar)
- Terapia cognitivo-conductual con enfoque ecológico
Identifica pensamientos catastrofistas y ponlos a prueba con datos concretos. Busca profesionales formados en ansiedad climática. - Mindfulness climático
Respiración consciente al aire libre (sin móvil) y registro sensorial del entorno. Reduce rumiaciones y favorece la regulación emocional. - ACT (Acceptance & Commitment Therapy)
Aceptar emociones difíciles y comprometerse con acciones sostenibles asumibles. Eficaz para salir de la parálisis. - Voluntariado ambiental
Sembrar árboles o limpiar un río traslada la preocupación a la acción y disminuye la indefensión aprendida. - Dietas de información
Limita alertas push a dos fuentes fiables a la semana; prioriza reportajes largos sobre titulares de impacto. - Comunidades de apoyo
Grupos locales tipo Climate Café o foros online moderados. Compartir miedos reduce la carga emocional. - Consulta profesional
Si los síntomas alteran tu sueño, estado de ánimo o vida social, acude a un psicólogo especializado.
Profundiza en ansiedad ideica y somática para distinguir pensamientos intrusivos de la ecoansiedad.
La ecoansiedad no es señal de debilidad, sino de empatía con la Tierra. Convertir la preocupación en acción —cuidándote tú y cuidando el planeta— es el antídoto más poderoso. Si sientes que el miedo supera tus recursos, pide ayuda: tu salud mental merece un plan de descarbonización de miedos tanto como el planeta necesita un plan de emisiones.
¿Te interesan más temas de salud emocional? Visita nuestra sección de Estado de Ánimo.
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¿Cuántos tipos de parejas existen? Descubre las diferentes formas de amor y relaciones en pareja

Trastornos alimentarios: Cuántos tipos de parejas existen
¿Alguna vez te has preguntado cuántos tipos de parejas existen en el mundo? Aunque esta pregunta puede parecer simple, la respuesta puede ser muy compleja debido a las diversas formas en que las personas se relacionan y establecen vínculos afectivos.
En este artículo, hablaremos sobre los diferentes tipos de parejas que existen, para que puedas tener una mejor comprensión de cómo las relaciones pueden variar significativamente de una persona a otra. Acompáñanos en este recorrido a través de los diferentes tipos de parejas.
Parejas heterosexuales: La pareja tradicional
La pareja heterosexual suele ser la más común. Se trata de una unión entre un hombre y una mujer que comparten una relación sentimental y emocional. Esta forma de pareja es la que suele estar más presente en la cultura popular y es la que ha sido considerada como «normal» durante mucho tiempo.
Parejas homosexuales: Ampliando horizontes
Las parejas homosexuales son aquellas compuestas por dos personas del mismo sexo que tienen una relación sentimental y emocional. Durante mucho tiempo, las parejas homosexuales han sido discriminadas y marginadas, pero cada vez son más aceptadas en la sociedad moderna.
Parejas bisexuales: Abiertos a todas las opciones
Las parejas bisexuales son aquellas formadas por personas que sienten atracción hacia ambos géneros, ya sea sexual o románticamente. En este tipo de pareja, la orientación sexual no define la relación, sino que ambos miembros pueden tener una atracción igualmente fuerte hacia cualquier género.
Parejas poliamorosas: Amor sin límites
Una pareja poliamorosa es aquella en la que tres o más personas tienen una relación sentimental y emocional. En este tipo de pareja, se rompe con el concepto tradicional de monogamia y se acepta que existen diferentes formas de amar y relacionarse.
Es importante destacar que en este tipo de parejas, todas las partes involucradas están completamente de acuerdo con esta elección y han establecido reglas y límites para garantizar el bienestar de todos los miembros.
Parejas asexuales: El amor sin necesidad de intimidad física
Las parejas asexuales son aquellas en las que las dos personas en la relación no tienen interés en tener relaciones sexuales, aunque sí sienten atracción emocional y sentimental el uno hacia el otro. Esta forma de relación puede variar mucho dependiendo de cada pareja, pero lo que las une es que no sienten la necesidad de tener contacto físico o sexual.
Parejas platónicas: El amor sin atracción sexual ni romántica
Las parejas platónicas son aquellas en las que dos personas tienen una relación afectiva profunda sin que exista atracción sexual ni romántica. Este tipo de pareja es algo común en relaciones entre amigos muy cercanos o familiares, y se basa en un amor puro y desinteresado.
Conclusión
En resumen, existen muchos tipos de parejas diferentes que pueden ser igualmente válidos y saludables, siempre y cuando sean elegidos por ambos miembros de manera consciente y respetando los límites y acuerdos establecidos. La clave para una relación exitosa es la comunicación clara y honesta entre ambas partes, así como el respeto y la tolerancia hacia las diferencias individuales en la pareja.
Esperamos que este artículo haya sido útil para aclarar algunas dudas sobre los diferentes tipos de parejas que existen. Recuerda siempre respetar y valorar a tu pareja, independientemente del tipo de relación que tengas.
¿Cuáles son las 12 formas de relaciones amorosas?
En el contexto de los trastornos alimentarios, existen varias formas de relaciones amorosas que pueden ser perjudiciales y fomentar estos trastornos. A continuación, se mencionan 12 de estas formas:
1. Relaciones tóxicas: una relación en la que una persona controla o manipula a la otra puede llevar a que la víctima desarrolle un trastorno alimentario para sentir cierto control en su vida.
2. Codependencia: cuando una persona depende emocionalmente de la otra, puede verse afectada por las decisiones y comportamientos de su pareja, incluyendo sus hábitos alimentarios.
3. Competencia: una relación en la que las personas compiten entre sí por ser más delgadas o saludables puede llevar a comportamientos obsesivos con la comida y el ejercicio.
4. Negación: cuando una persona niega estar teniendo problemas alimentarios y su pareja lo apoya, puede llevar a que la víctima no busque ayuda para superar su trastorno.
5. Presión social: cuando una persona siente presión de su pareja u otro grupo social para seguir ciertos estándares de belleza y peso, puede verse impulsada a comer de forma poco saludable o a hacer dietas extremas.
6. Inseguridad: una persona que se siente insegura en su relación puede tratar de ganar la aprobación de su pareja mediante su apariencia física.
7. Falta de apoyo: si una persona no recibe el apoyo de su pareja en su lucha contra un trastorno alimentario, puede sentirse aislada y desmotivada para buscar ayuda.
8. Falta de comunicación: si una pareja no habla abierta y honestamente sobre sus inseguridades y problemas relacionados con la alimentación, puede llevar a malentendidos y a comportamientos poco saludables.
9. Comparaciones constantes: cuando una persona se compara constantemente con su pareja y siente que no está a la altura, puede llevar a comportamientos dañinos con la comida.
10. Estereotipos de género: las expectativas de género pueden afectar la relación que una persona tiene con la comida y el ejercicio, lo que puede resultar en un trastorno alimentario.
11. Trastornos alimentarios compartidos: si ambas personas en la relación tienen un trastorno alimentario, pueden alimentar y perpetuar los comportamientos dañinos entre sí.
12. Falta de comprensión: si uno de los miembros de la pareja no entiende o minimiza la gravedad de un trastorno alimentario, puede llevar a que la víctima no reciba el tratamiento adecuado.
¿Cuál es el término utilizado cuando hay 3 parejas?
El término utilizado en el contexto de Trastornos alimentarios cuando hay 3 parejas es el de Triángulo de Karpman, también conocido como triángulo dramático. Este concepto se utiliza para describir una dinámica interactiva de tres roles: la víctima, el perseguidor y el salvador. En el contexto de los trastornos alimentarios, puede referirse a la relación entre la persona afectada por el trastorno, su familia y los profesionales de la salud que los tratan.
¿Cuál es el nombre de una relación compuesta por 4 personas?
Una relación compuesta por cuatro personas en el contexto de los trastornos alimentarios se conoce como cuarteto sintónico. Este término se utiliza para describir una dinámica relacional en la que cada miembro del grupo cumple un rol específico y necesario para que el sistema funcione de manera «armónica» o equilibrada. En el caso de los trastornos alimentarios, el cuarteto sintónico se refiere a una constelación de cuatro personas clave en la vida de alguien que padece un trastorno alimentario: la persona afectada, el padre/madre dominante, el padre/madre cuidador y el hermano/a ausente o chivo expiatorio. Este concepto fue desarrollado por el psiquiatra y psicoanalista Salvador Minuchin en la década de 1970, y se utiliza ampliamente en la terapia familiar y en el tratamiento de los trastornos alimentarios.
¿Cuál es el término para referirse a una pareja que no está en una relación sentimental?
En el contexto de los trastornos alimentarios, se utiliza el término compañero/a de enfermedad para referirse a alguien con quien se comparte la experiencia de tener un trastorno alimentario, sin necesariamente estar en una relación sentimental o amorosa. Este término busca reflejar la importancia de contar con el apoyo de personas que entienden las dificultades y retos propios de la enfermedad, y con quienes se puede compartir un proceso de recuperación conjunto.
Ansiedad
La Evolución de una Especie: del pasado al presente

¿Cuál es la definición de evolución en una especie?
En el contexto de los Trastornos alimentarios, la evolución en una especie se refiere a los cambios adaptativos que han surgido en la alimentación y en la percepción del cuerpo humano a lo largo del tiempo. En este sentido, se puede observar una evolución cultural y social en la forma en que se concibe la comida y la estética corporal, y cómo esto influye en la aparición y prevalencia de trastornos alimentarios.
Por ejemplo, en las sociedades occidentales, la imagen corporal idealizada ha cambiado a lo largo de las décadas, y podemos ver cómo esto ha llevado a un aumento en los casos de trastornos como la anorexia nerviosa o la bulimia nerviosa, ya que las personas buscan cumplir con estos ideales de belleza.
Además, también se puede hablar de una evolución biológica en los trastornos alimentarios, donde los procesos fisiológicos que regulan la alimentación y el apetito han sido alterados en algunos casos por factores genéticos o ambientales, lo que puede llevar a la aparición de trastornos como el trastorno por atracón o la pica.
En general, la evolución en una especie en el contexto de los trastornos alimentarios se refiere a los cambios tanto culturales como biológicos que han influenciado en la relación de las personas con la comida y su propio cuerpo, y cómo esto ha llevado a la aparición y prevalencia de distintos tipos de trastornos alimentarios.
¿Cómo ocurre la evolución de las especies?
La evolución de las especies en el contexto de los trastornos alimentarios se refiere al cambio gradual y adaptativo que ha ocurrido a lo largo del tiempo en las personas que padecen estas enfermedades.
En primer lugar, cabe mencionar que los trastornos alimentarios se caracterizan por una alteración en la conducta alimentaria y una percepción distorsionada del cuerpo, lo que puede llevar a un deterioro grave de la salud física y emocional.
En segundo lugar, se ha observado que los trastornos alimentarios no afectan a todas las personas de la misma manera, sino que existen factores genéticos, ambientales y psicológicos que influyen en su aparición y desarrollo.
En tercer lugar, la evolución de las especies en el contexto de los trastornos alimentarios se ha manifestado en la aparición de nuevas formas de estos trastornos, así como en la adaptación de las personas afectadas para sobrevivir y convivir con ellos.
Por último, es importante destacar que la evolución de las especies en este contexto también implica la búsqueda constante de soluciones más efectivas para prevenir y tratar estos trastornos, así como la concienciación social sobre su gravedad y complejidad.
¿Cuáles son los 5 tipos de evolución? Escríbelo solo en español.
En el contexto de los trastornos alimentarios, podemos identificar 5 tipos de evolución:
1. Evolución negativa: se refiere al empeoramiento del trastorno alimentario, donde se pueden observar mayores restricciones alimentarias, conductas purgativas más severas y una mayor obsesión por el peso y la figura.
2. Evolución lenta: en algunos casos, la evolución del trastorno alimentario es muy lenta y puede durar años, lo que dificulta el tratamiento y la recuperación.
3. Evolución cíclica: en algunos momentos, el trastorno parece disminuir y la persona afectada mejora su relación con la comida, pero luego recae en conductas restrictivas o purgativas.
4. Evolución fluctuante: en esta evolución, la persona con trastorno alimentario experimenta altibajos en su proceso de recuperación, con avances y retrocesos frecuentes.
5. Evolución positiva: finalmente, la evolución positiva se da cuando la persona afectada logra superar el trastorno alimentario y recupera una relación saludable con la comida y su cuerpo. Es el resultado del esfuerzo y la dedicación en el tratamiento y la terapia.
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